En pleno casco histórico de Baños de Río Tobía encontrarán, no solo una bodega, si no el vivo testimonio de la tradición vitivinícola que ha pasado de generación en generación en nuestra familia. Una pequeña y coqueta bodega que mantiene la viga centenaria original de la casona familiar del siglo XVI. Este elemento no solo soporta la estructura física de la bodega, sino que también simboliza el legado y la pasión por el vino que hemos heredado.
Un proyecto personal
En la década de 1970, el abuelo de Clemente dejó la bodega familiar para unirse a la cooperativa local. Sin embargo, en 2006, cuando la casona ya se encontraba en un estado de deterioro a riesgo de hundirse, Clemente decidió ponerse manos a la obra y devolverle la vida a la que un día fue la bodega familiar. Lo que comenzó como un proyecto de restauración se había convertido en un reto personal que, a base de trabajo y esfuerzo, culminó en 2014 con la producción de la primera añada.
A pesar de la evidente necesidad de adaptar la bodega a las necesidades de una producción vitivinícola actual y artesanal, mantener la arquitectura original de la bodega era crucial para Clemente, por lo que preservó elementos como el calado y la viga central. Estas características no solo aportan carácter y autenticidad a nuestras instalaciones, sino que también juegan un papel funcional en la producción del vino.
De esta manera, la estructura de la bodega con sus diferentes alturas, permite mover el vino por gravedad, minimizando el uso de equipos mecánicos y preservando la integridad de las uvas. Esta técnica tradicional, combinada con tecnologías modernas de control de temperatura y humedad, nos permite elaborar vinos más puros y de alta calidad.
Toda etiqueta cuenta una historia
Cada etiqueta de nuestros vinos cuenta una parte de nuestra historia. La viga centenaria se refleja en la etiqueta de nuestro Clemente García Garnacha, nuestro vino más emblemático. La columna que sostiene la viga se muestra en la etiqueta de Clemente García Tempranillo, mientras que un detalle de las piedras del calado adorna la etiqueta de Clemente García Viura. Ballestería 33 hace referencia a la calle y número donde se ubica la bodega, cuyo azulejo original se puede ver en nuestra fachada. Estas etiquetas no son solo diseños, sino un homenaje a la rica historia y a los elementos arquitectónicos que han dado forma a nuestra bodega.
Un legado que perdura
Para nosotros, cada botella es un tributo a la tradición y al esfuerzo de nuestros antepasados. Desde la restauración de la bodega hasta la producción artesanal de nuestros vinos, nos esforzamos por mantener viva la esencia del pasado mientras adoptamos prácticas modernas y sostenibles.
Por ello, invitamos a todos los amantes del vino a visitar Bodega Clemente García en Baños de Río Tobía en Rioja Alta. Podrán conocer nuestra historia contada por su propio protagonista y pilar fundamental de la bodega, Clemente García.
¡Te esperamos!